— Puestos estan frente a frente
Los dos valerosos campos:
Uno es dei Rey Maluco,
Otro de Sebastiano
El lusitano.
Moço animoso y valiente,
Robusto, determinado,
Aunque de poca experiencia
Y no bien aconsejado
El lusitano.
Quando los Moros sin cuenta
Su hueste la van cercando
Que pera uno de los suyos
Son mais deziocho tantos.
Ardiendo en fuego su pecho
Rabia por ponerlos mano,
Piensa que todos son nada,
Manda a pelea echar bando
El lusitano.
Brama que envistan los moros
Y el exercito contrario,
Ya se van llegando cerca
A ellos (dize) Santiago
El lusitano.
Dispara la artilharia,
La nuestra mal disparando,
Llueven balas, llueven muertes,
Saetas y mosquetazos.
Empuxan picas los moros,
Ya huyen rotos rodando,
Los ventureros victoria
Pregonan con grande aplauso,
Que mataran el Maluco,
Y lo ha llevado el diablo,
Porque junto a su litera
Lo passaron de un balazo.
Y en la mora artilharia
Dos banderas se han ganado,
Con victoria tan pujante,
Que semejó a milagro.
Pero por peccados nuestros
La gozamos poco espacio;
Que a soccorrer retroguardia
La delantera ha parado.
Que por los lados ya todos
Es vanguardia nuestro campo.
Y con sangre de los muertos,
Está hecho un grande lago.
Todo lo anda el buen Rey,
Dando muertes muy gallardo,
La espada tinta de sangre,
Lança rota, y sin cavallo.
Que el suyo passado el pecho
Ya no puede dar un passo,
A George d’Albuquerque pide
Le dé su rucio rodado.
Daselo de buena gana,
Y el-Rev cavalga de un salto,
Mirale el-Rey como jaze,
De espaldas casi espirando.
Mas le dize que se salve,
Pues todo és roto en pedaços,
Y el-Rey se vá a los moros,
A los moros Sebastiano,
El lusitano.
Busca la muerte en dar muertes,
Busca la muerte Sebastiano el lusitano,
Diziendo: Aora es la hora,
Que um bel morir, tuta la vita honora.