Yo te canto mi amor lánguidamente,
Oye el canto nupcial lánguidamente.
Oye el acorde azul lánguidamente
Que murmuro feliz lánguidamente.
Oye el acorde azul de mis cantares
Que sollozan los trémulos violines,
Mientras caen de mi alma los pesares
Como lluvia de pálidos jazmines
Reclina en mí tu cabecita hermosa
Y oye estos versos muy reconcentrada,
No vayas a pensar en otra cosa
Que te lo voy a ver en la mirada.
¿Y después? Oh! después nos miraremos
Y habrá en nuestras pupilas una lágrima
Con un nuevo fervor nos besaremos
Y en mí te apoyarás enteramente lánguida.
Y volveré a leer y escucharás
El secreto sonar de mis violines
Y todo su sentir comprenderás
Al recorrer de nuevo mis jardines.
Comprenderás mi sed ideal, mi anhelo
De belleza, de amor, de sol, de Azul,
Y fijarás tus ojos en el cielo
Tan suave y misteriosamente azul.
Comprenderás mi gran melancolía,
Sabrás lo que en mis ojos ya adivinas
Que llevo un gran dolor de poesía,
Un gran dolor de auroras vespertinas.