porque en las horas negras de tu mala fortuna
como un perro triste le ladras a la luna;
Porque sufres la angustia de un voluptuoso mal
Que será el que en los siglos te corone inmortal;
Porque yo me sé todo el dolor que tú tienes
porque en tardes serenas, que ya no volverán,
juntos lloramos versos de Juan Ramón Jiménez,
versos de Herrera Reissig y del gran Francis Jammes;
Tú eres mi hermano en nuestra Santa Madre la Luna
En l' alma de la tarde y en la de la laguna;
porque cruzas cansado por el largo sendero
con la tristeza enorme de un viejo organillero;
porque en la aristocracia de tu real Soledad
vivirás una vida plena de intensidad;
porque al fin de tu vida está la Neurastenia
como una novia pálida, ojerosa de anemia.
Por eso bebo el vino de tu viña ¡Oh hermano!
por eso es que te auguro el triunfo de esta Copa;
telepáticamente yo te aprieto la mano
y la flor de tu viña me la llevo a la boca.