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estadística de los que con tan buena aptitud, acaso, como lo que hoy dia admiramos, pero no contando con una fuerza de carácter acomodada á la de su inteligencia, ó con las favorables coyunturas—tambien se ha visto algo de esto—que á los otros les favorecieron para ponerse en evidencia, y aun cuando concedamos, lo que es mucho conceder, que efectivamente, todos los hombres de excepcionales disposiciones, se abren camino en la sociedad, cualquiera que sea la posicion que ocupen, la verdad es que hay muchos de valor positivo, aunque no sea tanto como el de los anteriores, que desaparecen sin revelar su mérito y sin hacer el bien que hubieran podido llevar á cabo con sus excelentes facultades
El conocimiento de la vida de Dickens nos ha sugerido las anteriores reflexiones, mas, por lo que á él se refiere, tuvo suficiente talento y la necesaria energía de carácter para sobreponerse á la desgraciada situacion de los primeros años de su existencia, y elevarse con aplauso unánime al puesto de primer novelista inglés, que conservó hasta su fallecimiento y que no ha per-