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RUBÉN DARÍO
la morada que viste luto sus puertas abra
al purpúreo y ardiente vibrar de tu palabra:
Y que sonría, oh rey Oscar por un instante;
y tiemble en la flor áurea el más puro brillante
para quien sobre brillos de corona y de nombre,
con labios de monarca lanza un grito de hombre!
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