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cipitado la verde pradería.... Ella corre, pero de manera que yo la pueda observar, y me mira risueñamente al pasar por delante de mí.... ¡Ah! sus miradas no están de acuerdo con la ligereza de sus pies
STREPHON.
No importa que el rico Pactolo[1] corra en otras llanuras sobre arenas de oro; ni que los árboles que cubren las orillas del Po destilen lágrimas de ambar.... Támesis, tus dichosas riberas están habitadas por pastoras mas hermosas. Corderos mios, venid á pacer esta fresca yerba.... yo no os
- ↑ Pactole.