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EL PODER
DE LA MÚSICA.
ODA.
I.
Bajad del Empíreo, hijas del cielo, y unid a la armonía de vuestras voces la consonancia de la lira. Que los tonos lastimosos del laud encanten los oidos.... que resuene en los aires el ruido estrepitoso de la trompeta, mientras que los órganos consagrados