Esta página ha sido validada
años una niña
delicada ser;
negro es su cabello,
pálida su tez,
sus ojos que miran
y que saben ver,
sus ojos que aun miran
son negros también;
la risa a sus labios
abre rara vez,
su almita está triste
sin saber por qué;
su cuerpo que sabe
ya de suerte cruel
miedo de la vida
parece tener.
Niña, pobre niña,
que en mi espejo fiel
miro de estos ojos
muertos a través
¿quién diría, viéndote,
que habían de hacer