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H
ermano que tienes muy sanos los ojosy, no obstante, a ciegas por la vida vas,
para ti en el hueco de mis manos, ¡mira!,
traigo luz. ¿La quieres?... Es luz de Verdad.
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ermano que tienes muy sanos los ojosy, no obstante, a ciegas por la vida vas,
para ti en el hueco de mis manos, ¡mira!,
traigo luz. ¿La quieres?... Es luz de Verdad.