Y este viaje también nos dice que en la conciencia de los gobernantes con quienes hablé y de los pueblos con quienes tuve contacto directo la decisión de mirar más allá de sus propias fronteras, de mirar América Latina, de luchar para que tengamos, como dijera hace tanto tiempo, voz de continente y conciencia revolucionaria latinoamericana para hacer realidad el sueño de los próceres y para conquistar el derecho a ser un continente en democracia, en libertad y dignidad. (Aplausos)
Por eso, tengo que decirles a ustedes: esta gira —como lo reconocen los periodistas,— ha sido un éxito; ello se ha debido, repito, a la actitud deferente de los Presidentes de Ecuador, Colombia y Perú; a su visión pluralista, a que ellos comprendieron que hay que respetar la decisión que toman los pueblos ya que ellos resolvieron invitarme como personero legítimo de la mayoría del país.
Yo puedo decirles que allá hablé como siempre les hablé a ustedes; que no desfiguré lo que es nuestro gobierno, lo que son ustedes como fuerza dinámica impulsora de la gran batalla de Chile. Que tuve el mismo lenguaje que he tenido aquí, con respecto a todas las ideas, pero sin ocultar las mías. Al contrario: orgulloso de ser el Presidente de un pueblo que quiere cambios, transformaciones revolucionarias, de ser el Presidente de un Gobierno donde los trabajadores tienen presencia en todos los niveles, de ser el Presidente de un Gobierno Popular, democrático, nacional, pluralista y revolucionario. ( Aplausos )
Con mayor razón cuando al visitar esos países, la dependencia se ha hecho más clara para millones de seres en nuestro continente. Cuántas veces lo dijimos: no tenemos independencia económica, está limitada nuestra independencia política, los grandes países toman las medidas que estiman convenientes y las repercusiones de ellas caen sobre nosotros.