Pero es muy distinto llevar a un gremio a una manifestación de protesta -por lo demás limitada- para obtener leyes que vayan en beneficio de la comunidad y que estaban postergadas en el Congreso durante años. Basta recordar: el Seguro de Enfermedad se demoró 12 años para ser despachado. Y significaba nada menos, que mejorar los subsidios de enfermedad de lactancia, y las pensiones -que no existían- de las viudas, de los huérfanos, y mejorar las pensiones de vejez.
Y cosa increíble: se demoró en el Parlamento 26 años la discusión de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
Muchas veces critiqué públicamente, a compañeros dirigentes de los trabajadores, que no comprendían la importancia de esa Ley, en un país marcado por la silicosis yantracosis; en un país minero esencialmente, donde no hay las condiciones de higiene industrial; en un país donde la higiene industrial, más allá del campo de la minería, todavía está en pañales.
Por lo tanto, tengo autoridad moral, porque he participado en la lucha directa, frente a los intereses del gremio a que he pertenecido y pertenezco, pero en función de los grandes intereses de las masas postergadas. Porque si hay algo a lo que tiene derecho la gente, es a la educación y a la salud.
Y siendo un político, estando en la batalla que representaba nuestras concepciones frente a los Gobiernos imperantes, en el año 1962, cuando se realizara un Congreso de la CUT, envié un pensamiento escrito en un folleto, para que los trabajadores chilenos meditaran sobre la realidad fundamental de nuestro Continente, sobre todo con el espejismo con que se levantara la Alianza para el Progreso.
En aquella oportunidad, les señalaba a los trabajadores que detrás de esta maniobra había toda una especulación política, destinada a menguar y disminuír la lucha revolucionaria que debía caracterizar a las grandes masas de este Continente, frente a un paternalismo que llevaba envuelto la hegemonía política que permitía seguir explotando a nuestras patrias y a nuestros pueblos. Por ello, entonces, yo puedo señalar que el paro de Octubre en nuestra patria, tiene como antecedente la labor tenebrosa que los intereses foráneos, que el país conoció oportunamente. Y me refiero a las maniobras de la ITT, que quiso intervenir en la vida política de Chile, inclusive provocando la posibilidad de una guerra civil y de un enfrentamiento.