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Página:ChFSA FD1197308131(1).djvu/12

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Por eso, nosotros nos hemos visto en la obligación de ampliar la querella contra Vilarín y los dirigentes transportistas y ordenar su detención, sobre la base de aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado. Pero quiero agregar a los hechos que he estado entregando a conocimiento de ustedes, estimados compatriotas, otros que hay que destacar, que refleja hasta dónde, en este país, la insolencia fascista se hace presente.

Hace pocas horas, el movimiento sedicioso y clandestino de Patria y Libertad, ha tenido la insolencia de entregar una declaración que entre otras cosas, expresa: "los Ministros militares han respondido desatando una brutal represión en contra de los gremios de los transportistas y sus mujeres que se encuentran en huelga. Este es la respuesta del marxismo, a la cual han adherido los Ministros militares".

Los fascistas, los cobardes cuyos jefes se arrancaron, los que están escondidos, los que simularon la muerte de un dirigente de ellos, se atreven a injuriar a las Fuerzas Armadas de Chile, se atreven a atacar al Cuerpo de Carabineros; se atreven a declarar la guerra al Gobierno y al Gabinete integrado por los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y el Director General de Carabineros.

El país debe saber lo que esto significa. Son los mismos que han atentado reiteradamente contra la vida de nuestros compatriotas. Son los responsables —y lo dijo en forma muy clara ante el país— del asesinato del Comandante Arturo Araya.

La respuesta nuestra será muy dura. Lo dije y lo repito: ¡aplastaremos la insolencia fascista de la antipatria y la cobardía!