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cap.
darwin: viaje del «beagle»

arman celadas a los viajeros. Préstase a ello la naturaleza del terreno, porque en lugar de una llanura herbosa es país cubierto de arbustos espinosos, tales como mimosas de esa cualidad. Pasamos junto a algunas casas que habían sido saqueadas y permanecían desiertas desde entonces; vimos además un espectáculo que mis guías contemplaron con gran satisfacción, y era el esqueleto de un indio con la piel desecada y pendiendo de los huesos, suspendido de la rama de un árbol.

Por la mañana llegamos a Santa Fe. Allí me sorprendió observar el gran cambio de clima, producido por la diferencia de sólo 3° de latitud, entre este lugar y Buenos Aires. Así lo evidenciaban el vestido y complexión de los hombres, el mayor desarrollo del ombú, el gran número de nuevos cactus [1] y otras plantas, y especialmente de las aves. En el transcurso de una hora observé media docena de las últimas que nunca había visto en Buenos Aires. Considerando que no existen fronteras naturales entre las dos regiones y que el carácter del país es muy semejante, la diferencia dicha era mayor de la que podía esperarse.


3 y 4 de octubre.—Durante estos dos días un dolor de cabeza me tuvo postrado en cama. Una anciana de buen corazón, que me asistía, quiso hacerme probar muchos remedios extraños. Uno de los que se usan comúnmente consiste en aplicar a las sienes dos hojas de naranjo o dos trozos de emplasto negro; y todavía está muy generalizada la práctica de partir una habichuela en dos mitades, humedecerlas y colocar


  1. Siempre que el autor habla de cactus se podrá dudar si se refiere al grupo de la familia de las Cactáceas o específicamente al género Cactus, que tiene más de 300 especies indígenas de América. Las especies del género Opuntia, también perteneciente a la misma familia, son nuestras tunas o higueras chumbas.—Nota de la edic. española.