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chiloe y concepción.—gran terremoto

llares, en lugar de los ciento escasos que murieron; así y todo, lo único que los salvó fué la costumbre tradicional de salir corriendo de las casas al sentir el primer estremecimiento del suelo. En Concepción, cada casa y cada fila de casas formaban un montón o una línea de ruinas; pero en Talcahuano, a causa de la gran ola, no podía distinguirse apenas mas que una capa de ladrillos, tejas y vigas, con tal cual parte de pared que continuaba en pie. Por esta circunstancia, Concepción, aunque no tan completamente derruída, presentaba una vista más terrible, y, si se me permite la expresión, más pintoresca. El primer choque fué súbito. El mayordomo de Quiriquina me dijo que la primera noticia que recibió fué hallarse rodando por el suelo con el caballo. Se levantó, y volvió a ser derribado. También me contó que algunas vacas habían sido precipitadas al mar, adonde bajaron rodando desde las laderas de la isla. La gran ola mató mucho ganado; en una isla baja, cerca de la parte más abrigada de la bahía, el mar arrebató 70 animales, que se ahogaron. Créese generalmente que éste ha sido el peor terremoto de que hay memoria en Chile; pero como los más fuertes ocurren sólo tras largos intervalos, no puede saberse fácilmente. En realidad, cualquier otro trastorno sísmico de mayor intensidad no hubiera causado más estragos en esta localidad, porque la ruina era completa. Innumerables temblores de escasa importancia siguieron al gran terremoto, y en los primeros doce días se contaron nada menos que 300. Cuando vi el estado en que se hallaba Concepción, no acierto a explicar cómo pudo escapar ileso el mayor número de habitantes. Las casas, en muchas partes se desplomaron hacia fuera; de modo que formaron en el centro de las calles montículos de ladrillos y escombros. Míster Rouse, el cónsul inglés, nos dijo que estaba almorzando cuando la primera sacudida le hizo salir corriendo. No bien había llegado a la mitad del patio,