za física del país, y, en mayor grado, de las artes que en él se cultiven. Cuando una tribu triunfa y se aumenta, puede acrecentarse todavía más, absorbiendo otras tribus. La talla y la fuerza de los hombres de una tribu deben tambien ser muy importantes para alcanzar la victoria, y esas condiciones dependen mucho de la clase y abundancia de alimentos de que pueden disponer. Los hombres de la edad de bronce en Europa, fueron reemplazados por una raza más fuerte, que á juzgar por las empuñaduras de sus sables, tenia la mano más grande; pero su triunfo ha sido probablemente resultado de su superioridad en las artes.
Todo lo que sabemos de los salvajes, que ignoran por completo la historia de sus antepasados, y lo que podemos inferir de sus tradiciones y de sus monumentos antiguos, nos muestra que, desde las épocas más remotas, unas tribus han logrado suplantar otras. En todas las regiones civilizadas del globo, y así en las desiertas llanuras de la América, como en las islas perdidas en el Océano Pacífico, se han hallado vestigios y restos de tribus extinguidas ú olvidadas. Hoy las naciones civilizadas reemplazan, en todas partes, á las bárbaras, exceptuando en las regiones donde el clima opone á su paso una barrera mortal; y si triunfan siempre, lo deben principal, aunque no exclusivamente, á sus artes, producto de su inteligencia. Es, pues, muy probable que las facultades intelectuales del género humano se hayan perfeccionado gradualmente por seleccion natural. Seria interesante en grado máximo el describir el desarrollo de cada facultad distinta, desde el estado en que se encuentra en los animales inferiores, hasta el que alcanza en el hombre; pero el realizarlo es muy superior á mis fuerzas y conocimientos.