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UNA NOCHE EN EL COLOSSEO.
Solo en la arena estoy; ¡á mí, líctores!
Augusto Emperador, le desafío:
El Dios de los cristianos es el mio,
Y tu poder desprecio y tus furores.
Cérquenme ya los tigres bramadores,
Que quiero en ellos ensayar mi brío,
Y una vez más el holocausto impío
Ofrece en el altar de tus errores...
Aun en la arena estoy; reposo mudo,
Fatídico silencio, quietud santa,
Indecible terror hallo do quiera;
Nadie responde á mi lenguaje rudo:
¡Sólo una cruz al cielo se levanta
Donde la luna inmóvil reverbera!
Roma, 1869.