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EN EL FERRO-CARRIL
Volar me siento por el ancho valle,
Y de la inmensidad rompo la valla;
De nubes mil la trasparente malla
Abre á mis ojos dilatada calle.
¿Qué mucho que mi sien ardiente estalle,
Si con nubes y vientos en batalla
Miro del hombre la gigante talla
Que casi deja á Dios corto de talle?
Do quier las flores inclinando el tallo
Saludan tiernas al prodigio bello
que es de la industria y del saber orgullo.
Feliz vive el Sultán en su Serrallo,
Y más yo cuando montes atropello
De una locomotora al dulce arrullo.
Madrid, 1860.