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HOY POR TÍ, MAÑANA POR MÍ
Si encuentras de la vida en el sendero
Á aquella que causó mi desventura,
Y aun conserva en su rostro la frescura
Y en sus mejillas el matiz primero;
Si en su alma virginal aun vive entero
Lo que ella juzgó broma y yo locura;
Si guarda de mi fe la esencia pura
Y no es su amor capricho pasajero:
Sigue sus pasos, su conducta espía,
No temas ni cansarla ni cansarte,
Ni aumentes, por piedad, la pena mia;
Ella querrá de fijo sondearte;
Serás su amigo al fín, y en ese día
Dale muchas memorias de mi parte.
Madrid, 1866.