Desgranado el maiz morado, se le pone á cocer junto con sus maslos en una cantidad regular de agua, con guindas, cáscaras de piña ó ananá, y dos limones cortados en trozos.
Se deja cocer hasta que el maiz reviente y se abra como una flor. Entonces se retira del fuego, y se cuela en una gasa rala. Se deja enfriar; se adereza con azúcar, trozos de canela, clavos de especia enteros, rebanadas de piña y dos ó tres docenas de cerezas. Se le pone á fermentar en vasijas de cristal ó de barro, durante tres días. Al cabo de este tiempo, esta confeccion se ha tornado la bebida más exquisita de las de su especie.
Se sirve añadiéndole un nuevo sazonamiento de azúcar y canela.
Cual si hubiera querido cumplirse en mí la promesa de exaltacion á los humildes, hame to-