D. Pedro Maya de ContreraSy Arzobispo de México. 47 Adulación, V lan tres tanto mayor era. Vanagloria. Pues doíté á la maldición : i en qué al- forjas cabia ? Adulación, No tratamos aquí de alforjas^ sino del sefior diablo qae hizo el hurto : y como yo sentí el alivio de mi rocin, sospechando lo que pedia ser, metí la mano en las al- forjas, 7 hallando menos el queso, dije : que me maten ai alguno de aquellos man- cebos que están en esta cueva no ha hecho la presa; y salté dentro. Vanagloria, I Dende abajo saltaste en la boca del vol- can? Paréceme mentira. Adulación, <'Todo lo has de escudrifiar? Atajado me habias, si fuera mentira lo que digo. EDtiende que subí corriendo, y en viéndo- me los diablos, unos echaron á huir, y otros teme hincaron de rodillas delante, convi- dándome con el malcocinado que estaban guisando. Vanagloria, Según eso» dia de grosura debia de ser. Adulación. Ellos no tienen viernes ni sábado, y si los tienen yo no lo sé. Yo vi al demonio que se atrevió á hurtarme el queso. Vanagloria,
No son todos los demonios de una ma-
nera? ¿Cómo lo acertaste á conocer? Adulación. Vídele las migajas del queso entre los dientes, que negras fueron para él, y doile una coz en la barriga, y hágole lanzar el queso, fresco como su madre lo parió, y de la coz quedó corcovado para toda su vida. Vanagloria. Dándole en el estómago quedó corco- rido: ¿cómo puede ser eso? Adulación. Fué mi coz como pieza de artillería, que aquí hace el ruido y en otra parte el dafio. Vanagloria. Y la cuchillada que dices ¿ cuándo se la diste ? Adulación. Esa se la di al salir, que el demonio salia tras mí á pedirme perdón, y quisiera ser mi amigo, y como los tengo por mal in- tencionados, revuelvo diciendo : pedís ba- rato, sin haber ganado ; y doile con la uña del dedo margarite. No fué nada, que un año estuvieron dándole puntos. Vanagloria, ¿Cómo tardaron tanto en dárselos ? Adulación, Curábanle por puntos y horas^ que son los diablos grandes cosmógrafos. Vanagloria, (í con qué le daban los puntos? Adulación, I Acuerdaste de la maroma que tenia el muelle que estaba en la plata? Aquella hurtaron una noche los diablos para cosér- sela. Vanagloria, I No tuviste mancilla de darle tan fiera cuchillada ? Adulación. Del demonio no tuve mancilla, de su mujer sí, que era casado, y venia la mujer con tres ó cuatro diablillos de la mano, y creo que estarán ya grandes. Vanagloria. ¿Y cuándo sucedió esa hazaña ? Adulación. Esto sucedió el afio que se ganó Mé- xico, y antes de ayer vide al diablo, y to- davía tenia materia en la herida : no sé si le quedó fistola en ella. Vanagloria. ¿ Cómo tardó tanto en sanar?