Página:Coloquios espirituales y sacramentales y poesías sagradas.djvu/293

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
LIBRO SEGUNDO
DE LAS
CANCIONES, CHANZONETAS Y VILLANCICOS
Á LO DIVINO
HECHAS POR EL MISMO AUTOR.




Entra Cristo nuestro Bien, con una oveja sobre sus hombros.


Ven, oveja, donde estò,
Que buen Pastor so.
Casárame mi Padre,
Por culpa del que pecó,
Con Naturaleza humana.
Divino amor me casó,
Que buen Pastor so.
Cubrió mi Divinidad
Y un pallico me vistió
Donde escondió mis tesoros,
Pobre al mundo me mostró,
Que buen Pastor so.
Para andar acá en el suelo
Un calzado me calzó
Cuya correa San Juan
Desatar no se atrevió,
Que buen Pastor so.
Púsome cayado en mano
Y al ganado me envió,
Y al fin de treinta y tres años
La cuenta me demandó,
Que buen Pastor so.
Del ganado que tenia
Una oveja se perdió;
Contaros quiero, pastores.
Su falta si me dolió.
Que buen Pastor so.
Dejé las noventa y nueve,
Busqué la que se perdió.
Que entre matas de la culpa
El pacado la enredó.
Que buen Pastor so.
Y desque la hube hallado
Todo el cielo se alegró;
Tómela sobre mis hombros
Sin mirar que me ofendió.
Que buen Pastor so.
La culpa que ella tenia
Por ella la pagué yo;
A pagar no fui obligado,
Solo mi amor me obligó.
Que buen Pastor so.
Por ser la culpa infinita
Ved cuán cara me costó,
Que un mal juez riguroso
A muerte me sentenció.
Que buen Pastor so.