Porque su sangre la esmalta.
Hace santidad tan pura
Aun á las piedras provecho:
Si piedra llaga le ha hechoj
Con Cristo piedra se cura.
Porque martirio desea
Súplelo con penitencia.
Él se acusa y se sentencia
Y de grado se apedrea:
Con este intento procura
Dejar á Dios satisfecho:
Si Haga piedra le ha hecho.
Con Cristo piedra se cura.
Al cielo sube ligera
La paloma gloriosa
Y fresca rosa:
Va como fuego á su esfera,
Y Dios la espera,
Que es el centro do reposa.
Centro de Dios fué María
De regalo y de consuelo,
Y Él centro della en el cielo
De descanso y alegría.
Sube por nueva manera
La Fénix maravillosa
Y fresca rosa:
Va como fuegoa á su esfera,
Y Dios la espera.
Que es el centro do reposa.
La inmaculada paloma.
Madre y Vírgen verdadera.
Va hoy al cielo, que es su esfera,
Por que Dios vivo la coma.
Sube la mansa Cordera,
Sube el Águila preciosa
Y fresca rosa:
Va como fuego á su esfera
Y Dios la espera.
Que es el centro do reposa.
¿Qué canta el divino coro?
Triunfo santo.
¿Qué triunfo? De San Miguel.
¿De quién triunfa? De Luzbel.
Muera, muera, muera en llanto.
¿Y á Miguel, siervo fiel?
Honrosa palma y laurel.
¿Por qué se le debe tanto?
Porque Dios se honra por él.
Miguel va en carro triunfal
Que lo adornan sus hazañas:
Ved si es con Dios principal,
Pues de todas sus compañas
Es capitan general.
Estrellas bordan su manto.
No es espanto:
Luna y sol son su dosel,
Y Luzbel, preso tras él.
Muera, "hiuera, muera en llanto.
¿Y á Miguel, siervo fiel?
Honrosa palma y laurel.
¿Por qué se le debe tanto?
Porque Dios se honra con él.
Dios á Miguel recompensa
Con gloria, pompa y ornato,
Porque fué escudo y defensa,
Vengador del desacato
De la Majestad inmensa.
Baje el traidor al quebranto,
Suba el Santo,
Que es Miguel fuerte doncel,
Y este dragón, burlen de él.
Muera, muera, muera en llanto.
¿Y á Miguel, siervo fiel?
Honrosa palma y laurel.
¿Porqué se le debe tanto?
Porque Dios se honra con él.
Alma, pues os alegrais.
Más que Pan sin duda veis:
Ojos de la fe teneis
Con que al misterio pasais.
En aqueste Pan está
El que es gloria de Sion;
El Cordero y el Leon,
Panal de dulce maná:
Pues en color no parais.
Ojos de la fe teneis
Con que al misterio pasais.
Dios, que nuestro bien cudicia,
Ha encubierto á los humanos
Los misterios soberanos
De su clemencia y justicia.
Encubiertos los mirais,
Y á lo que mostrado habeis.
Ojos de la fe teneis
Con que al misterio pasais.