La Divina Providencia
Tanto nos quiere y nos ama,
Que lava nuestra dolencia
Con las aguas que derrama
De la mar de su clemencia.
General es el rocío,
No solo para Israel:
Ved si es Dios clemente y pio,
Pues yo nací para Él
Y Él nace para ser mio.
Comenzad, Divino Amor,
Echad por el mundo bando,
y decidle al pecador
Que le está Dios aguardando
Para darle su favor.
¡Ah! Cristianos redimidos,
Allega y sereis soldados;
Mas cumple estar advertidos
Que son muchos ]os llamados
Y pocos los escogidos.
Sentad debajo bandera,
Que Cristo Dios es soldado.
Él es la luz y carrera
Y el que habemos esperado,
Y el que agora nos espera.
¿Dó la compañía camina?
¿Qué es aqueso? ¿Hacen gente?
Digan, ¿van para la China?
Sí hacemos, inocente,
Para la tierra divina.
Tornar ha sido consuelo.
Ya la carrera es hallada.
Consuélense los del suelo,
Pues ya es cierta la jornada
De la tierra para el cielo.