En esta Iglesia preciosa
Que da de gracia el pasaje,
Y la carne gloriosa
De Dios por matalotaje.
Es el áncora esperanza,
Y el Papa quien la gobierna.
Piloto es Fe sin mudanza
Que guia á la vida eterna
Para surgir en Bonanza.
Y son los santos Dotores
Desta nave marineros,
Que la sacan sus primores
De ondas y vientos fieros
Causadas por los errores.
Porque el cristiano conforte
La Fe viva es el farol,
Y el Sacramento es el norte:
Porque á luz de sacro sol
Vaya la romana corte.
Decid, ¿dan repartimiento?
Al que obrare maravillas
Hace Dios bienes sin cuento
De repartille sus sillas
De gloria y contentamiento.
Pues la tierra se reparte,
Vamos todos á la guerra.
Obra, hermano, de tu parte.
Que en la Hostia Dios encierra
Todo cuanto puede darte.
¿Con qué armas me he de armar?
Con armas de buenas obras.
¿Con quién he de pelear?
Con los vicios y zozobras
Que te andan por matar.
Yo juro á san verdadero
Que si ellos quieren matarme,
Que he de matarlos primero;
Y que si quieren llevarme
Que he de decir que no quiero.
Si el mundo fuere gigante.
Tú tienes de ser David.
Pues callá, que Dios delante,
Haré que en aquesta lid
Nunca me paren delante.
Fé, Esperanza y Caridad
Son tres piedras del cristiano,
Que en honda de santidad
Quiebran al jayán mundano
La cabeza de maldad.
Siendo santidad la honda
Con que habernos de tirar,
Y Fe la piedra redonda,
Al mundo haré temblar
Sin que nadie me responda.
Entra el Soldado.
¡Oh! pese á la mar salada
Y al Rey que está en el profundo:
¡Cómo! ¿Ya no valgo nada?
Pues solía todo el mundo
Temblar de sola mi espada.
No lo tengan por locura,
Que ogaño, por me holgar,
Maté tantas criaturas
Que no hallaron lugar
Donde dalles sepultura.
Topé siete mesticillos
Aqui junto á Santa Fe,
Y pusiéronse en puntillos,
Por lo cual les quebranté
A pomazos los carrillos.