Santos lugares son estos,
Mas á ninguno el lugar
Le hace santificar:
Santifica estar bien puestos
En la gracia y bien obrar.
Velemos con santo celo,
Pues que guerra se publica.
Si el lugar no santifica,
Dirán solos los del cielo,
En salvo está el que repica.
Con regla de Caridad
A la oveja se le trace
La vida con lo que pasce,
Sin causalle obscuridad
Al tiempo que el sol le nace.
Porque lo entienda mejor,
¿Quién es ese sol, pariente?
Es la Grada preveniente
Que nace con el dolor
En cualquier que se arrepiente.
Dios, que siempre nos aguarda.
Pone la oveja contrita,
Y al tiempo que el mal vomita
Es torpe quien la acobarda
Con espantos y con grita.
Hale de aliviar la cruz
Cuando ve que Dios la toca;
Que si le cierra la boca,
Matándole aquella luz,
Queda como virgen loca.
El que tiene de juzgar
Sepa bien la diferencia
Entre dolencia y dolencia,
Y si no, por descargar,
Cargará más la conciencia.
Eso, yo te doy mi fe,
Que el enfermo no sea sano
Cuando pone el cirujano
La medicina en el pié.
Estando el mal en la mano.
Oh! Dios nos dé Rabadán
Que dé luz al que no viere,
Que levante al que cayere
Y que dé del mejor pan
Al que á Dios mejor sirviere.
Rabadan que á Dios responda,
Que tenga leche en el tarro,
Que defienda su zamarro,
Y en la pala de la honda
Nunca le falte un guijarro.
Que destierre los enojos,
Que sus voces sean panales,
Que sepa curar los males,
Y que en volviendo los ojos
Tiemblen todos los zagales
Que á la oveja dé pedrada,
Si no vuelve á su reclamo.
Mira, Cuidado, el buen amo
En la izquierda trae la espada
Y en la diestra fresco ramo.
Que más usa de piedad
Cristo al dar de la sentencia,
Puesto que en su Omnipotencia
Siempre corren igualdad
La Justicia y la Clemencia.
Pues Clemencia resplandece
En la Bondad infinita,
El juez que la ejercita
Tanto más á Dios parece
Cuanto más á Dios imita.
Si ante Dios Nerón se pone
Y perdón le pide allí,
Dirále el Sefior asi :
I Tú quieres que te perdone
No perdonando por mi?
No hace contradicion
Deso el Pastor que yo quiero;
