rosa, de color pardo salpicado de amarillo, y que igualmente que las demas bolas se deshace en la boca, y embarra la lengua. Las monjas de la capital hacen de esta tierra jarros, redomas, tazas y otras varias especies de vidriado muy fino, que barnizan por defuera ligeramente para pintarles despues diversos ramos, paxaros y otros animales. El agua que se pone en los tales vasos contrae prontamente un sabor y un olor agradable, que provienen segun parece de algun betun confundido y disuelto en la misma tierra, pero del qual no se descubre vestigio alguno en las inmediaciones del buco, y cuya qualidad y exîstencia se pudiera averiguar con el unico auxîlio de la análisis. Es grande la cantidad de estos vasos que se transporta al Perú y aun á España, en donde son muy estimados y conocidos por el nombre de Bucaros de la América meridional. Las mugeres peruleras y no pocas Españolas acostumbran á comerselos á pedazos, del propio modo que las Mogolas se comen los barros de Patna.
La segunda, que puede llamarse muy bien Argilla Maulica [1], es una tierra tan blanca como la nieve, deleznable, sembrada de puntillas resplandecientes, y de un grano finisimo. Hallase á las orillas de los ríos y de
- ↑ Argilla nivea, lubrica, atomis nitidis.