Esta página ha sido corregida
— 6 —
les, de sus aspiraciones, de sus ambiciones, ó simplemente de sus simpatías.
Por desgracia para nosotros, el final de estas luchas no ha sido siempre tranquilo; y las pasiones enardecidas, salvando límites que la razón y el patriotismo marcan, nos han llevado á excesos que no quiero recordar.
Nuestro anhelo debe ser que esos finales, que nada favorecen nuestro nombre ni nuestra fama, sean sólo un triste recuerdo del pasado; y creo que uno de los medios de realizar este anhelo es mejorar nuestras prácticas políticas, dando más campo, más escena al pensamiento y á la reflexión,—y menos al sentimiento y á la pasión, tan fácil de exaltar como