Dexo las inuocaçiones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficiones[1],
que[2] traen[3] yeruas secretas
sus sabores.
Aquel[4] solo me encomiendo,
aquel solo inuoco yo
de verdad[5],
que en este mundo biuiendo,
el mundo no conocio
su deydad[6].