Los estados y riqueza[1],
que nos dexan[2] a desora,
quien lo duda[3]?
No[4] les pidamos firmeza[5],
pues que[6] son de vna señora
que se muda;
que bienes son de Fortuna
que rebuelue[7] con su rueda
presurosa,
la qual no puede ser vna,
ni estar[8] estable ni queda
en vna cosa.