Dexemos a los troyanos,
que sus males no los vimos,
ni sus glorias;
dexemos a los romanos,
avnque oymos y leymos[1]
sus estorias[2];
no curemos de saber
lo de aquel tienpo[3] passado
que fue dello;
vengamos a lo de ayer,
que tan bien es oluidado
como aquello.