94 ISONDÚ
35.
La quena mágica.
— ¡Cuando yo tenga una caña!
— ¿Y cuándo será, pues?...
— ¿No es verdad, Simón, que a ti te gustaría que yo tuviese una caña?
— ¡Ya lo creo'
— Cortaría dos pedazos así, de dos palmos, y el resto lo guardaríamos. Después haría dos quenas (1), una para ti, Simón, fíjate, con un lado en punta y un cuadradito en ella; después, más abajo, un agujero bien pequeño, que se puede tapar fácilmente, y al medio, para que suene como el viento, dos dedos más abajo, otro, y así contando hasta siete ...
— ¡Cuánto habrá que contar!
— Yo no sé más que hasta cinco.
— No importa. Haremos cinco y don José María, no el de Incahuassi (2), sino el vecino de la ciénaga, nos hará las marcas en la quena hasta que sean siete.
— ¡Cuántos agujeros serán siete!
— Oye, Quipildor. ¿Sabes lo que pienso?...
— ¡Que nunca tendremos una caña!
— La tendremos... ¡ya verás!
(1) Quena. — Flauta de siete agujeros cuya base es la nota re. Universalmente usads en forma perfecta por las tribus andinas, desde Venezuela hasta Mendoza, en la República Argentina.
(2) Incahuassi. — Casa del Inca, en quichua. Se encuentra este nombre con fre- cuencia en los Andes de la América Meridional, En este caso, el cerro más her- moso de la Gobernación de los Andes.