LECTURAS VARIADAS
37.
Tucumán. ¡Arad hondo!
A SILVANO BORES.
¡Tierra de promisión! Para su lustre le basta ser la cuna
donde vieron la luz Avellaneda,
— el príncipe genial de la tribuna, que en su frase galana,
vibradora, de trópica elocuencia, vertió aroma de selva tucumana — Alberdi, Lamadrid, — el esforzado que el triunfo con su sable dominara — y Monteagudo, — el rayo de la idea, cuya palabra, que su sol caldeara, fué el toque de clarín de la pelea. — ¡Pero más gloria tiene!
En la noche de ayer fué una aurora, ¡la destinó Dios mismo
para campo de lucha redentora, palenque de heroísmo!
Inolvidable ayer — al evocarlo palpitan en la mente fulgurantes — imágenes de luz; visiones patrias como desnudas vírgenes flotantes — Y se siente rumor como de dianas, redobles.de tambores
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