LECTURAS VARIADAS 123
44. El cóndor.
En !a empinada roca
que Jos valles domina
y con su frente hasta las nubes toca, ve allí el águila andina,
el soberbio anima!, rey del espacio, pisar con altivez la excelsa cumbre, medir la inmensidad, bañarse en lumbre del etéreo palacio.
Alza el desnudo cuello,
y cresta y corvo pico Juce ufano,
y con ojos de vívidos destellos
penetra la extensión, el bosque, el llano. Bate las alas de potencia suma,
arrójase a escalar el firmamento,
devora espacio, y a través del viento lleva rizada la morena pluma.
Atrás deja la nube
donde el rayo se forja y brama el trueno y en ondulante giro sube y sube
a las regiones del azul sereno.
Ni el aire enrarecido, ni la llama
del astro abrasador — candente hoguera que los mundos inflama —
parar pueden un punto su carrera.
Nada ataja este ardor, esta osadía; inmensidad y luz busca en su anhelo,
y luz_e inmensidad le brinda el cielo,