62 ISONDÚ
24.
La raposa mortecina.
(Cenclusión.)
Nuestra raposita se hace la muerta; en medio de la calle está tendida. No es cosa rara, donde hay muchas zorras, ver una zorra ruerta en medio del arroyo. Va pasando la gente. « A cubo de una pieza, pasó por hi un home, dixo que los cabellos de la frente del raposo eran muy buenos para poner en la frente de Jos mozos pequeños, porque no los ahojen. » Con una tijeras, este hombre curioso trasquila la frente de la zorrita. La zorrita se estuvo quieta.
Después otro transeúnte vió la raposa y dijo lo mismo del pelo del lomo. Le trasquiló los pelos del lomo. La raposita se estuvo quieta. Luego otro hizo la misma
- Observación respecto del pelo de las ijadas. Le trasquiló las ijadas. La raposita se estuvo quieta. « Nunca se mo- vió el raposo, porque entendía que aquellos cabellos no le farían gran daño en los perder. » Otro viandante llegó más tarde y dijo que la uña del raposo es buena para curar pañadizos. Tajóle las uñas a la raposita. La ra- posita no se movió. Después otro dijo que el diente de la zorra cura los males de dientes. Quitóle un diente a la raposita. La raposita no se movió. En seguida vino otro y manifestó que el corazón de raposo es conve- niente para nuestros dolores de corazón. Metió mano al cuchillo para sacarle a la raposa su corazón. « Y el ra- poso vió que le querían sacar el corazón y que si se