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CAPITULO X
LA GUERRA POR MAR
EL ALMIRANTE BERMEJO. ― EL SECRETARIO LONG


OMO la suerte de Puerto Rico dependió, en gran parte, del resultado de las operaciones navales, creemos indispensable traer a estas páginas algunas notas, aunque muy ligeras, sobre el poder y actividades marítimas de uno y otro beligerantes.

Fué ministro de Marina en España, durante la guerra, el contraalmirante Segismundo Bermejo, hasta la segunda quincena de mayo de 1898, en que fué substituido por el capitán de navio de primera clase Ramón Auñón. Era el almirante Bermejo un marino profesional, culto, patriota, pero muy temeroso del qué dirán y más atento a maniobras políticas que a las navales. Larga permanencia en oficinas y ministerio habían acortado su visión de la realidad.

Desde el desastre de Trafalgar la Marina de guerra española había arrastrado una vida difícil por la penuria de la nación y mezquindad de los presupuestos, que no permitían construir nuevas unidades ni reparar las existentes. El Congreso, por sistema, negaba los créditos para aquellas atenciones, fiándolo todo, en caso de guerra, al legendario valor de los oficiales y tripulaciones.

Existía, y existe aún en todas las clases del pueblo español, cierta lamentable