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CRÓNICAS
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 Ministro a Almirante, Curaçao.

Madrid, mayo 15, 1898.

Su telegrama recibido; trasatlántico Alicante anclado en la Martinica, con carbón, tiene órdenes de salir inmediatamente para Curaçao...



Ministro de Marina a Almirante Cervera.

Madrid, 15 de mayo, 1898.

... Si no puede esperar al Alicante deje órdenes para que dicho buque lo siga en su viaje, así como el inglés Tuickhand que también lleva carbón. [1]

El Alicante estaba fondeado en Fort-de-France el día 11 de mayo cuando ancló en aquel puerto el capitán Villaamil con el destróyer Furor; pero aquel buque no tenía a bordo una sola tonelada de carbón, y por ello la escuadra española siguió viaje a Curaçao, donde tampoco encontró buques carboneros a pesar de los constantes avisos del almirante antes de zarpar de Cabo Verde y de las repetidas ofertas del ministro de Marina.

Tan grave falta, como otras de igual clase, fueron concausas que contribuyeron a la destrucción de los cruceros españoles.

Al estallar el conflicto compró el Gobierno español los vapores Germania y Normania y el yate Giralda. Un regular número de torpedos enviados a Cuba, varios millares de libras esterlinas situadas en Londres para atenciones de la escuadra, y el pintar los buques de color gris fué cuanto se ordenó desde el Ministerio de Marina.

***

Volvamos nuestros ojos hacia Wáshington. Era secretario de Marina, en el Gabinete Mc. Kinley, John Davis Long, graduado en Leyes por la Universidad de Harvard; tenía sesenta años y era fuerte de cuerpo, firme de voluntad, carácter de hierro y de inteligencia extraordinaria. A este hombre excepcional, verdadero genio, debió la Marina americana la mayor parte de sus triunfos.

Desde mediados de enero, 1898, vislumbra el conflicto, y haciendo funcionar el cable ordena a los buques americanos, de estación en aguas de Europa y del Brasil, así como a los que estaban en el extremo Oriente, que no licencien sus tripulaciones cumplidas. Tiene siempre a la vista un estado completo de todas las naves españolas de guerra y mercantes; vigila y sigue los movimientos de los buques, presuntos adversarios. Sabe que Bermejo está cerrando tratos con el Brasil para comprar a esta nación dos magníficos cruceros de guerra, el Amazonas y el Almirante Abréu; toca

  1. Memorias del almirante Cervera, consultadas por el autor.