Ese mismo día 7 el ministro Bermejo telegrafía a Cervera:
Urge mucho salir; es preciso que sea mañana. Diríjase V. E. a San Vicente de Cabo Verde; así que llegue tomará carbón y agua. Comunique con semáforo Canarias, por si hubiese alguna novedad que noticiarle. Las instrucciones, que se ampliarán, son, en esencia, proteger escuadrilla de torpederos, que queda a sus órdenes por estar en Europa Amazonas y San Francisco. No hay, por ahora, más buques americanos.
Cervera, en otro despacho, insiste en que se le den instrucciones precisas, toda vez que desconoce los planes del Gobierno, y el ministro le contesta:
La premura de la salida impide por el momento darle conocer plan que solicita; pero lo tendrá, con todos sus detalles, a los pocos días de su llegada a Cabo Verde, pues seguirá sus aguas un vapor abarrotado de carbón.
El comandante español no replica, obedece, y el día 8 dirige al ministro de Marina el siguiente telegrama:
Son las cinco de la tarde y estoy saliendo con el Teresa y Colón.
Con tiempo bonancible navegaron ambos cruceros, haciendo rumbo a Punta Anaga (isla de Tenerife), con cuyo semáforo comunicaron en la mañana del 11, reci-