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CRÓNICAS
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vuestra insignia, nos aproximamos a la entrada del puerto, abriendo fuego contra él castillo del Morro, a 4.500 yardas y continuando, gradualmente, aproximándonos desde el Este hacia el Sud, hasta llegar a 1.500 yardas, en cuyo punto el Indiana^ siguiendo la estela del lotva^ navegó hasta el punto inicial.

El mismo circuito fué hecho por segunda y tercera vez, bajo iguales condicio- nes, excepto que en el segundo y tercero, el Indiana se detuvo bastante tiempo en su camino, con objeto de mantener un mayor alcance en sus baterías de estribor. Fué necesario que el fuego cesase frecuentemente, a causa de que el humo de la es- cuadra y de las baterías de costa cubrían las posiciones del enemigo.

El número total de proyectiles disparados fué de 1 87.

Este buque no fué alcanzado, ni tampoco hay novedades de que dar cuenta. Las torres, cañones y montaje están en excelentes condiciones y no han sido afectadas por el fuego.

Deseo recomendar al oficial ejecutivo, teniente comandante J. A. Rodgers, y a todos los oficiales y marineros por el buen orden y ninguna confusión que entre ellos prevaleció.

Muy respetuosamente,

H. C. Taylor,

capitán, comandante.

Al Comandante en jefe de las fuerzas navales de los Estados Unidos, en la Esta- ción del Norte Atlántico.

PARTE OFICIAL DEL COMANDANTE DEL «AMPHITRITE»

A bordo, 2.^ clase. En la mar, mayo 13, 1898. Señor:

Obedeciendo la orden que usted me señaló esta mañana, envío informe referente al combate fuera de San Juan, Puerto Rico, el jueves, mayo 12, 1898.

Este buque no sufrió averías durante el combate ni fué alcanzado por los pro- yectiles del enemigo. La mayor parte de las averías sufridas provinieron del fuego de los cañones de nuestras propias torres. La concusión de los disparos destruyó varios remaches de la superestructura, aunque nada inñuyó sobre la eficiencia de este buque.

Un hecho importante (y hacia el cual deseo llamar su atención) es la falta abso- luta de un sistema de ventilación bajo el puente, lo que causa durante el combate, y cuando todas las aberturas están cerradas, un calor tan intenso que le es imposible resistirlo a los hombres que allí están. Tal es, particularmente, el caso en la torre de popa; el calor, ayer, causó la muerte de un artillero que estaba allí de servicio.

Esta muerte fué la única baja entre toda la dotación del buque.

Este buque ha estado en comisión alrededor de tres años, y casi constantemente realizando cruceros, servicio para el cual es, enteramente, inadecuado.

Durante el último invierno, y como buque de instrucción para los artilleros en Port Royal, sus torres y maquinarias estuvieron en uso constantemente, y aunque después se han hecho varias reparaciones en dicho buque, actualmente necesita otras de mayor importancia en un arsenal; en los momentos actuales yo considero que la maquinaria de la torre no está en buenas condiciones, y, probablemente, nos dará un mal rato en los momentos críticos en que se espere de ella el mejor ser- vicio.