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CAPITULO VII
PLAZA DE SAN JUAN Y SUS DEFENSAS
MURALLAS Y CASTILLOS. ― ARTILLADO


A PLAZA fuerte de San Juan está situada sobre un islote de

una milla de largo y menos de media milla de ancho en la parte más ancha. El caño y el puente de San Antonio la separan de otra pequeña isla, llamada Cangrejos, hoy Santurce. Entre los dos primeros islotes, y entre el último y la isla de Puerto Rico, corren dos caños o esteros; el de San Antonio y el de Martín Peña, que comunican la bahía con el mar.

La plaza, propiamente dicha, está enclavada dentro de un polígono de frentes abaluartados que se apoyan, por el Norte, en el Castillo de San Felipe del Morro, y por el Nordeste, en el de San Cristóbal. Una cadena de baluartes, sin solución de continuidad, parte de ambos flancos del primer castillo y sigue la línea de los arrecifes; de una parte por la costa Norte y de la otra hacia la boca del Morro y bahía, plegando su trazado al terreno. La del Norte y Nordeste termina contra el caballero de San Cristóbal (que en realidad no es un castillo, sino un baluarte con su caballero, cerrado por la gola, que contiene en su interior un cuartel defensivo). Al Oeste y Sur continúan los baluartes, que vienen a morir contra el mismo San Cristóbal. El frente de tierra estaba formado por los baluartes de Santa Catalina, San Justo y Santiago, cuyas murallas se encontraban en pleno derribo al declararse la guerra.

Estos baluartes estaban provistos, en sus flancos, de cañoneras y en sus cortinas de banquetas para fuegos de infantería. En el recinto se abrían cinco puertas, cerra-