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Vuestros escesos livianos :
No, no, no hallaréis aquí
La indulgencia que os agrada;
Siempre dura la estocada,
Que no hay flaquezas en mí.
Haced lo mismo conmigo,
Taimados, que bi en lo haceis;
Pues donde pecar me veis
No me escusais el castigo.
Siento, señora, y me aflige
(A Cristina. )
Que débil seais tambien,
Porque el alma os quiere bien,
Mas el pundonor la rige
Y es dura: vamos siguiendo
Nuestra guerra sin demora;
Apretad bien en buen hora
Que yo os lo iré devolviendo.
DON PEDRO.
Mas sosegaos , señor,
Y escuchadme con tibieza,
Pues que con tal aspereza
No se combate un error.