Esta página no ha sido corregida
73
Cuentos de amor de locura y de muerte
la más remota probabilidad de que la vida volviera a ellos, sentí que mi deuda con la cocaína estaba cumplida. ¡ Me había matado, pero yo la había muerto a mi vez!
¡Y me equivoqué! Porque un instante después pude ver yo mismo, muerto y todo, a nuestros dos cuerpos muertos que entraban de la mano en la sala, que volvían de nuevo obstinados a su infierno paradisiaco...
La voz se quebró de golpe en un aullido:
—¡Cocaína! ¡Un poco de cocaína!...
73 Din tired be Google