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LA CENICIENTA
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n gentil hombre viudo casó con una vinda, la mnjer más orgullosa y encopetada que jamás se haya visto. La viuda tenia dos hijas, de las cuales podia decirse «de tal palo tal astilla.» El viudo tenia por su parte una niña dulce y bondadosa, vivo retrato de su madre, que habia sido nn ángel.
A los pocos dias de celebrado el matrimonio empezó la madrastra á sacar las uñas. Dábanle grima las excelentes prendas de la hijastra, pnestas más de relieve por los repugnantes defectos de las dos hijas.