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moderado de la peticion; y llamando á su tesorero, le mandó que entregase á Ibrahim todas las sumas que le pidiese, ora para acabar de construir su retiro, ora para amueblarle.

El astrólogo hizo abrir en la peña muchas piezas que formaron una habitacion contigua á su salon mágico; luego las amuebló con ricos canapes y soberbias camas, y cubrió las paredes de hermosas colgaduras de damasco. «Soy viejo, decia; mis huesos no pueden ya descansar sobre un lecho de piedra; estas paredes son húmedas y es preciso vestirlas.»

Dispuso tambien se construyesen unos baños, provistos de toda especie de perfumes y aceites aromáticos. «Porque los baños, decia, son