TOM POUCE.
Un pobre labrador estaba sentado una noche en el ríncon del hogar; mientras su mujer hilaba á su lado, él la decia:
—Cuánto siento no tener hijos! ¡Qué silencio hay en nuestra casa mientras en las demás todo es alegría y ruido!
—Sí, respondió su mujer suspirando, yo quedaria contenta, aunque no tuviésemos mas que uno solo tan grande como el dedo pulgar y le querríamos con todo nuestro corazon.
En este intermedio se hizo embarazada la mujer y al cabo de siete meses dió á luz un niño bien formado con todos sus miembros, pero que no era mas alto que el dedo pulgar.
Entonces dijo:
Es tal como le hemos deseado, mas no por eso le queremos menos.
Y sus padres le llamaron Tom Pouce, á causa de su tamaño. Le criaron lo mejor que pudieron, mas no creció, y quedó como habia sido desde su nacimiento. Parecia sin embargo, que tenia talento: sus ojos eran inteligentes y manifestó bien pronto en su pequeña persona astucia y actividad para llevar a cabo lo que se le ocurría.