princesa, y de tiempo en tiempo venian algunos príncipes que querian penetrar á través de la zarza en el palacio; mas les era imposible, pues las espinas se cerraban fuertemente, y los jóvenes quedaban cogidos por ellas, no pudiendo muchas veces soltarse, de modo que morian allí.
Trascurridos muchos, muchos años, fue un príncipe & aquel pais y oyó lo que referia un anciano de aquella zarza, detrás de la cual habia un palacio, en el que dormia desde el siglo anterior una hermosa princesa, llamada Rosa—con—espinas, y con ella estaban dormidos el rey y ·la reina y toda la corte. Añadió ademas haber oido decir á su abuelo que muchos príncipes habian tratado ya de atravesar por el zarzal, pero que no lo habian podido conseguir, quedando en él muertos.
83 Entonces dijo el doncel:
—Yo no tengo miedo y he de ver á la bella Rosa con espinas.
El buen anciano quiso distraerle de su propósito, mas viendo no lo conseguia, le dejó entregarse á su suerte.
Pero precisamente entonces habian trascurrido los cien años y llegado el dia, en el cual debia despertar Rosacon—espinas. Cuando se acercó el príncipe á la zarza, la halló convertida en un hermoso rosal, que abriéndose por sí mismo, le dejó pasar cerrándose despues. Llegó á la cuadra y vió dormidos á los perros y caballos, miró al techo y vió á las palomas con la cabeza debajo de las alas, y cuando entró en el edificio, notó que las moscas estaban dormidas en las paredes, el cocinero se hallaba en la cocina en actitud de llamar á los pinches, y la criada estaba cerca da un gallo que parecia dispuesto á cantar. Fue un poco más lejos y vió en un salon á toda la corte dormida, y al rey y á la reina durmiendo en su trono. Fue un poco mas allá