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Lo Irreparable — 239

información del escribiente. Tras de relatado el asalto y descrita en varios telegramas las escenas de pillaje, llegaban las de violación : Los terribles bandoleros, no contentos con el festín que celebraron en el comedor de la suntuosa vivienda, quisieron completar su obra de iniquidad ultrajando a las mujeres. Cuatro o cinco volvieron al piso inferior, donde habían dejado atadas a las tres sirvientes, y mataron a una y violaron a dos. Tres o cuatro saciaron sus deseos bestiales con la mujer del guarda. Y en fin, algunos, sin respetar siquiera la pureza y el honor de la honorable familia, dirigiéronse a las habitaciones principales, donde en castos lechos yacían inermes los virginales pudores de un ángel y de una santa matrona.»

Esto causaba el público estupor. No eran lo mismo las cosas comentadas secreta y fragmentariamente que en letra de molde. El escribiente recorría los círculos, orondo con la importancia de su corresponsalía.

Pero otro telegrama, a seguida, y de dos horas después, decía urgente:

«Acabo de hablar con las criadas que vuelvan del cortijo, muy bellas, por cierto, y debo rectificar mis últimas noticias. Ni ellas, ni la mujer del guarda, ni la muy respetable esposa del excelentísimo Sr. D. Nicanor Rivadalta, sufrieron ultraje personal alguno por parte de los forajidos. La única víctima de estos miserables, en tal concepto, parece que cobra una mayor aureola de martirio