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SEXTA MARAVILLA DEL MUNDO.
EL COLOSO DE RODAS.
Este coloso era una estátua de bronce, de Apolo, que se habia puesto á la entrada del puerto de Rodas, y en honor del sol, y que se miraba como una de las siete maravillas del mundo. Su altura era tan extraordinaria que los antiguos escritores afirman, que pasaban por entre sus piernas los navíos con todas sus velas desplegadas. Tenia setenta codos ó ciento y cinco pies.
El que hizo aquel coloso y empleó once años en ello, fué Carés de Inda, discípulo del famoso escultor Lisipo.
Cincuenta y seis años despues le derribó un temblor de tierra que