LA CIUDAD DEL vI1CI10
ca húmeda, un gran perro mastín de poderosa cabe- za y pelo negro, dos gatos listados y el mozo de la carga, acércanse para recibirme afablemente,para son- reirme, para jugar conmigo y hacerme fiestas...
Y todos:
—¡Esta casa es suyal ¡Es suyal... dicen el moline- ro y la mujer con la boca; los gatos, los perros, la pequeñita y el mozo con los ojos, ¡buenos ojos sinceros y castos donde Dios refleja la suprema bon- dad y la Biblia del azul deja un capítulo de su lim- pidez....
Comemos. Muéstranme las habilidades de la hijita que ya va a la escuela. Descubro un libro, dos li- bros: la Cartilla maternal y los Deberes de los hijos... ¡Qué júbilo encontrar aquí la mano que he apretado tantas veces de ese benemérito tan sencillo y tan grande (1)a quientodos nosotros, escribidores de ma- la muerte, unas veces u otras, vamos a oir a la calle del Salitre,a la pequeña casita donde hay niños rubios también, Cartillas maternales y Deberes de los hijos...
En diez lecciones, la criatura ha hecho prodigios. Va por la mañanita en el burro, entre dos sacos de harina, hacia la aldea, toda envuelta en el chalito de la madre, los libros en una talega, la merienda en la otra, escoltada por el muchacho y por el perro. El (0) Alasión al poeta Joño de Deus, que fué autor de esos dos libros escolares, conocidos en Portugal, hechos por encargo del Gobierno para que pudiese mantenerse con su producto. Su hijo Joío de Deus Ramos, que ha heredado la estimación mere- cida. por el nombre de su glorioso padre, es hoy Ministro de
Instrucción Pública en el gabinete que preside la situación Do- mingo Pereira (Febrero 1920).—M. del 7.
— 259 —