Página:Daany Beédxe.djvu/119

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que está atrapado en la materia, que por inercia cae, en las profundidades de la región de los muertos, en la oscuridad, en la ignorancia. La Serpiente Emplumada es un símbolo, como todo, frente a lo desconocido.

Símbolo con el que nuestros Viejos Abuelos toltecas nos enseñan, que las leyes del universo, que someten a la materia a su degradación y muerte; solo pueden ser vencidas por La Serpiente Emplumada o el también llamado Señor del Viento. Porque solo "el soplo espiritual, el soplo divino", es el que vence a las leyes que someten a la materia a su degradación y destrucción; La Serpiente Emplumada aproxima y reconcilia a los opuestos. Transforma a la muerte material, en vida espiritual. De esta manera La Serpiente Emplumada y El Gemelo Precioso, son una unidad, un par complementario que representan: Uno, al guerrero penetrado por los dardos de la conciencia, que le revelan su origen celeste y al mismo tiempo, su fatal destino, de caer en la inercia de la materia; y el otro, el peregrino intrépido, que llega hasta las mismas profundidades de la materia, hasta la misma casa del Señor de la Muerte, para apoderarse del secreto de su esencia divina, de la maravillosa posibilidad de su resurrección, a través del sacrificio.

El lugar milenario en donde te encuentras, lleva el nombre de "La Tierra del Gemelo Precioso" y está a las puertas de la montaña sagrada, DAANY BEÉDXE, porque es más que un símbolo, es una terrible realidad para los que aspiran a llegar a ella. Igual que el Gemelo Precioso, tú tendrás que ir al fondo de tus personales infiernos, a la última realidad y constatar que posees el Germen del Cambio. Que tu Gemelo Precioso te puede ayudar, en la parte de tu Batalla Florida, que tendrás que librar en el centro de la materia... en tus pavorosos adentros.

La Tierra del Gemelo Precioso, es la última puerta antes de DAANY BEÉDXE, es la tierra del cambio, de la mutación. Aquí es donde la crisálida se convierte en mariposa; símbolo del alma en sacrificio.

Seas pues, bien venido a esta tierra, con el corazón en la mano, todos te deseamos la mejor de las suertes; por que por cierto, se me

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