—Haz llegado a esta nuestra casa, gran misericordia y bondad ha tenido nuestro amadísimo Señor, “El que está en todas partes y por quien vivimos”, de habernos elegido para mandarnos a uno de sus Guerreros del Espíritu, a estas tierras de La Serpiente Emplumada.
Nuestro amadísimo Señor omnipresente. "El del Cerca y el Junto", nos ha enviado a un dardo de fuego, a una piedra preciosa, a esta su humilde casa. Nosotros somos aprendices de guerreros, humildes siervos de nuestro amadísimo Padre. Nosotros aquí somos pobrecitos artesanos, talladores de la piedra preciosa, que nuestro amado Señor depositó en nuestra alma, humildes aspirantes a La Libertad Total. Nosotros somos sus insignificantes hijos, que buscan acercarse con sus torpes pasos a la luz de la verdad.
En este recinto, se talla la piedra preciosa, que todos llevamos dentro; cada piedra de estos edificios, está consagrada a la purificación del espíritu y a la fortaleza del cuerpo, aquí guardamos los tesoros del conocimiento de la Serpiente Emplumada.
Eres un dardo de fuego, llegaste por la puerta del conocimiento y tienes una misión que cumplir en esta tierra sagrada de la Serpiente Emplumada. Es nuestro deber apoyarte y auxiliarte en lo que debas realizar; más, no podemos hacer más.
Tu tarea es muy difícil, debes recordar que es lo que te hizo llegar a estas tierras, a través del arco de poder, y cuál es tu misión. Te asignaré a Viento del Norte, para que te enseñe nuestra lengua maya y nuestras costumbres, pues en la lengua Nahuatl que estamos hablando, que es la de Los Viejos Abuelos toltecas; en estas tierras, nadie te entenderá y será más difícil que cumplas con tu misión, que el poder te encomendó.
Águila Nocturna se dirigió de esta manera a su interlocutor:
—Humanísimo y Venerable Maestro, regidor y gobernador de este sagrado recinto. No tengo palabra para agradecer tanta bondad y